He albergado en mis manos esperanzas y sueños,
derramados por el suelo de este lugar yermo.
Con las corrientes de un mar, que no veo,
he creado las palabras de las que no soy dueño
Abatido por la desidia, encaramado en mi corazón sereno,
escribo con cautela palabras para un nuevo decenio.
Huésped de un cuerpo enfermo, con cerrojos y cadenas,
sombra de un estudiante que suspendió en su guerra.
No hay mas dolor donde no queda, ni mas llanto donde no se recuerda.
La marisma de mi pensamiento cubre cada rincón de mi almohada.
No vale la pena soñar. No vale la pena soñar,
si soñar es despertar de nuevo.
derramados por el suelo de este lugar yermo.
Con las corrientes de un mar, que no veo,
he creado las palabras de las que no soy dueño
Abatido por la desidia, encaramado en mi corazón sereno,
escribo con cautela palabras para un nuevo decenio.
Huésped de un cuerpo enfermo, con cerrojos y cadenas,
sombra de un estudiante que suspendió en su guerra.
No hay mas dolor donde no queda, ni mas llanto donde no se recuerda.
La marisma de mi pensamiento cubre cada rincón de mi almohada.
No vale la pena soñar. No vale la pena soñar,
si soñar es despertar de nuevo.
©Jaime López. 2007
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