Sigo aun desdibujado tras tu marcha.
Esperando una respuesta a una pregunta
que todavia no he formulado.
Ingravidez de ideas.
Punto y final.
Lenta agonía en un lugar inexistente.
La meta solitaria que nadie cruzará jamás.
No hay autobús que sepa donde llevarme,
ni caballo que yo sepa hacer cabalgar.
Siniestra la espera.
Tensa la llama de la vela de mi habitación.
No hay mas nada.
Tan solo el vago recuerdo de lo que fuí
y jamás volveré a ser.
Esperando una respuesta a una pregunta
que todavia no he formulado.
Ingravidez de ideas.
Punto y final.
Lenta agonía en un lugar inexistente.
La meta solitaria que nadie cruzará jamás.
No hay autobús que sepa donde llevarme,
ni caballo que yo sepa hacer cabalgar.
Siniestra la espera.
Tensa la llama de la vela de mi habitación.
No hay mas nada.
Tan solo el vago recuerdo de lo que fuí
y jamás volveré a ser.
Jaime López
24/11/2010
24/11/2010
1 comentario:
Un poema muy sentido, y comparto el sentimiento.
Gracias, Jaime, por tus maravillosos versos.
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