El escritor guatemalteco reconocido por sus cuentos breves e hiperbreves. Su relato “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí“, de solo 7 palabras, estuvo considerado el relato más corto de la literatura española por muchos años.
Recordemos de él algunos de estos textos minúsculos, que son su especialidad. Elijo cuatro de temática literaria:
Recordemos de él algunos de estos textos minúsculos, que son su especialidad. Elijo cuatro de temática literaria:
Epitafio encontrado en el cementerio Monte Parnaso de San Blas, S.B.
Escribió un drama: dijeron que se creía Shakespeare.
Escribió una novela: dijeron que se creía Proust.
Escribió un cuento: dijeron que se creía Chejov.
Escribió una carta: dijeron que se creía Lord Chesterfield.
Escribió un diario: dijeron que se creía Pavese.
Escribió una despedida: dijeron que se creía Cervantes.
Dejó de escribir: dijeron que se creía Rimbaud.
Escribió un epitafio: dijeron que se creía difunto.
Humorismo
El humorismo es el realismo llevado a sus últimas consecuencias. Excepto mucha literatura humorística, todo lo que hace el hombre es risible o humorístico.
En las guerras deja de serlo porque durante estas el hombre deja de serlo. Dijo Eduardo Torres: "El hombre no se conforma con ser el animal más estúpido de la Creación; encima se permite el lujo de ser el único ridículo".
La tela de Penélope o quién engaña a quién
Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.
Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.
De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.
La tortuga y Aquiles
Por fin, según el cable, la semana pasada la tortuga llegó a la meta.
En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrincante le pisó todo el tiempo los talones.
En efecto, una diezmiltrillonésima de segundo después, como una flecha y maldiciendo a Zenón de Elea, llegó Aquiles.
1 comentario:
Sigue siendo tú mismo, pues tu corazón es Babia, y de lo contrario, Nunca Jamás nunca habría existido.
Barrie nunca le dio al público lo que le pedía, sino que se divertía haciendo divertir al público. Es bien distinto.
No pierdas tu esencia, Babia.
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