al recto señor Hacedor,
de que en mí cama me quieran
o en la calle o en mi escalera,
y es que su sentido del humor
no es cualquier cosa,
ya que lo gracioso en su mano
en mi corazón es un clavo,
y por mucho que a mi me duela
no está en la labor
de darme, aunque sea de refilón,
un poquito de amor.
Jaime López
1 comentario:
Ay! Hombre de poca fe, las situaciones aparecen y luego se reblandecen y luego vuelven a aparecer son como las modas surgen de necesidades efimeras si quieres pero que son igual de estupidas que normales....
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