como el reo encadenado.
La libertad no la poseía,
desde aquel maldito día,
que por mal fui atado.
El tiempo avanza como fuego,
sus llamas me están abrasando,
sin piedad con dolor sin engaños,
me van consumiendo con los años.
Soy como todos, pura energía,
más no la puedo encauzar,
¿quién quiere ser mi guía?,
para poderla liberar.
Que llegue la lluvia refrescante,
que la tierra se abra y cante,
que brote vida de la muerte.
Soy el preso en su hogar,
Soy el pájaro enjaulado
que quiere volar.
J. Portillo
2 comentarios:
bella poesia y bonita foto.
Todos nos sentimos alguna vez así.
Muy cierto, anónimo amigo/a.
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