Hombres con perros no muerden,
solo saben ladrar.
Jauría en carnes blancas, que defienden a rabiar.
Son violentos en palabras, crueles en su mirar.
Mancha negra de una historia,
que ellos quisieron cambiar.
Hombres con perros no muerden,
solo saben gritar.
Himnos podridos de furia,
venidos de otro lugar.
Perros con hombres no hablan,
sólo se dejan guiar.
Incautos y perdidos
en su holocausto final.
Jaime López
3 comentarios:
Me encanta este poema.
¿Somos menos que perros?
Quién es más sabio.
Acaso la bestia.
Buena reflexión.
Besos bermejos.
Muy buen poema, amigo. He tenido la oportunidad de leer los que va publicando y he querido felicitarle.
Gracias Lynette y "Anónimo", es un estimulo poderoso vuestro apoyo.
Saludos.
Publicar un comentario