El doctor J. C. Mardrus es quien acometió hace algunos años la empresa de dar a conocer al público europeo, con toda su frescura original, la magna obra del Oriente. Mardrus es árabe de nacimiento y francés de nacionalidad. Nació en Siria, hijo de una noble familia de musulmanes del Cáucaso que por haberse opuesto a la dominación rusa tuvieron que trasladarse a Egipto. Muchos de los cuentos que años después había de fijar para siempre con su pluma de traductor artista, los escuchó de niño en el regazo de las domésticas mahometanas o en las calles estrechas y sombreadas de El Cairo. Después de haber estudiado la medicina y viajado mucho por los mares Pérsico e Indico como médico de navío, sintió el propósito de condensar para siempre la grande obra literaria de su raza, conocida sólo en fragmentos y con irritantes amputaciones. A esta empresa enorme ha dedicado gran parte de su vida, escribiendo los relatos oídos en las plazas de El Cairo, los cafés de Damasco y de Bagdad o los aduares de Yemen, joyas literarias, mantenidas únicamente por la tradición oral y que podían perderse. Como los poemas de los rapsodas que después figuraron bajo el nombre de Homero; como el Romancero del Cid y como todas las epopeyas populares, el gran poema árabe es de diversos autores, según ya hemos dicho, y distintos pueblos han colaborado en él a través de los siglos. Los cuentos sobrevivían sueltos, guardados por la memoria de los cuentistas populares y la pluma de los escribas públicos. El doctor Mardrus tuvo que peregrinar por todo el Oriente (Egipto, Asia Menor, Persia, Indostán), anotando viejos relatos y adquiriendo manuscritos, hasta completar en sus menores detalles la célebre obra. La frescura original, la ingenuidad de los primeros autores, han sido respetadas por Mardrus, pero realzándolas y adornándolas con su maestría de artista moderno. El doctor Mardrus es un notable escritor y la celebridad literaria le acompaña doblemente en su hogar, pues está casado con la exquisita novelista francesa Lucía. Delarue-Mardrus.
Para su trabajo le han servido de base las ediciones egipcias más ricas en expresiones de árabe popular, pero las ha enriquecido considerablemente con nuevos cuentos y escenas, sacados de la tradición oral y de los valiosos manuscritos adquiridos en sus viajes.
Prólogo
El gran libro de las mil y una noches
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