Ver como consumes el oxigeno de mi habitación,
haciendo luminosa la noche.
Mostrándome lo no visto de nuestros cuerpos,
en figuras acompañadas por sus sombras
que nos observan con curiosidad,
trabajando nuestro amor
en golpes certeros de placer.
Habita en mí tu fuego,
y el mío en el tuyo.
Solo la fatíga cesará,
un instante,
tanto combustible por quemar.
Jaime López
22/04/09
22/04/09
2 comentarios:
Me encanta este poema.
Enhorabuena, Jaime. ;-P
A mi me encantas tu.
Los versos surgen solos cuando te imagino.
Te amo!
Publicar un comentario