como un relámpago detenido que fuese
el día; como la desnudez estable de
lo que a veces se desnuda un momento;
el grito, (detenido) parado en su agudez,
de eso que siempre me está medio
llamando.
Su sobreluz está ante mí como
mía. Parece el mar agudo y eterno
donde el sobresueño de mi corazón
(sobresaltado) exaltado puede abrir sus alas
últimas y pasarse, en un esfuerzo
sin repliegue, de su fín.
Juan Ramón Jiménez
(Paisajes líricos. Paisajes ideales)
(Paisajes líricos. Paisajes ideales)
No hay comentarios:
Publicar un comentario