Lo mismo sucede en arte. Escribir un poema sobre un asunto del tiempo de Cleopatra, pintar a Nerón incendiando a Roma, componer una sinfonía a manera de Brahms o de Ricardo Strauss o una opera como las de Wagner es mucho más fácil que contar un cuento que no tenga nada de maravilloso y hacer que la persona lo sienta; o dibujar con lápiz una figura que conmueva o alegre al espectador, o escribir cuatro compases de una melodía sin acompañamiento, pero que traduzca determinado estado de alma."
*León Tolstoi (1828-1910) fue destacado escritor ruso, autor de obras extraordinarias como Ana Karenina y La guerra y la paz.
1 comentario:
De acuerdo. Hay muchos libros de ficción preciosos, pero no tienen la magia que pretenden.
Sí, se venden muchos de Harry Potter.(Fíjate qué locura, hasta caramelos), también están de moda las catedrales y parece que se han de leer todas las que versen sobre ellas: hay que estar al día.
Pero cuando se descubre una obra magnífica es cuando un autor ha puesto su corazón en ella, y cuando lo hace, no estoy diciendo que sea todo realidad y nada ficción, solo digo que cuando lo hace, deja mucho de él en el libro, y por eso es tan duro ser escritor.
Por eso nunca se recordará a Marian Keyes, o como se escriba, y sí se recuerda a Tolstoi. No creo que al escribir no pusiera ni un poquito de su pensamiento, de él mismo en cada uno de sus personajes, que al irse a dormir, al llevarse una cucharada de sopa a la boca, pensase en la moral de Anna y tal vez decidiese qué haría una mujer como ella en esa situación, y cómo daría fin a la novela, pues su gran protagonista era una antiheroína que conquistaría al mundo entero, y eso fue porque el personaje tenía un halo de vida, no fue un personaje plano; Tolstoi la creó tan real como la vida misma. Por eso todavía nos conquista.
Así que, al fin y al cabo, al mismo Tolstoi le gustaba trabajar más de la cuenta, ¿no?
Un super abrazo, Jaime.
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