FLASH DE NOVEDADES:

Citas de Heinrich Heine: "Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía" █ "Los sabios emiten ideas nuevas; los necios las expanden". █ "La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca". █ "Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres". █ "Un amigo me preguntaba porqué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión."

Ciudadanos de Babia

27.11.08

Los personajes literarios preferidos‏

"Saber cómo habla un personaje es saber quién es; descubrir una entonación, una voz, una sintaxis particular, es haber descubierto un destino", afirma Borges en un célebre texto sobre la poesía gauchesca.
Si es posible decir esto es en parte porque los personajes de las obras literarias son puras palabras y están hechos de papel y tinta. Es algo obvio, pero que a veces se olvida; sobre todo cuando nos encontramos con esos perfiles construidos de tal manera que parecieran personas cercanas, reales y humanas en toda su complejidad.
Los escritores que apuestan por una literatura más parecida a la vida (en contraposición con quienes prefieren poner de relieve los artificios de la creación literaria y ensayar una obra más experimental), suelen cuidar mucho la categoría de personaje y por eso diseñan a los actores de sus tramas con todo cuidado y detalle, hasta el punto que de muchos podemos imaginar qué desayunan, cómo les sientan los días de lluvia y qué sería lo primero que harían si se les muriera un ser querido.
Los personajes entrañables (que tal vez sólo sean los que leímos de más pequeños) o los personajes vívidos, verosímiles, próximos parecen llevar una vida paralela en una dimensión de presente constante. De alguna manera, Bartleby (el escribiente) está eternamente declarando de modo decidido pero reservado "preferiría no hacerlo"; Florentino Ariza sigue siempre enamorado de Fermina Daza, amándola en los tiempos del cólera. Al Principito lo seguimos viendo (y probablemente con los mismos trazos con que también lo dibujó Saint-Exupery) deshollinando melancólicamente el volcán de su asteroide.
Y hay muchos más personajes que se ganaron un lugar entre nosotros: Don Quijote de la Mancha, el irascible Aquiles, los detectives Hercule Poirot o Sherlock Holmes; los héroes jóvenes como Harry Potter y Frodo (o el fiel Samsagaz). Más modernamente, podríamos citar el personaje de Austerlitz (de Sebald) o Briony Tallis (Expiación, de Ian MacEwan).


1 comentario:

Martikka dijo...

Estupendo post. Cierto que muchos personajes ya casi pasan a la categoría de personas en cuánto a a su credibilidad, a su simpatía, a la empatía que mostramos con ellos.
Oliver Twist, Huckleberry Finn, DOn Quijote, Madame Bovary, Ana Karenina... tantos que nunca olvidaremos!

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