FLASH DE NOVEDADES:

Citas de Heinrich Heine: "Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía" █ "Los sabios emiten ideas nuevas; los necios las expanden". █ "La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca". █ "Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres". █ "Un amigo me preguntaba porqué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión."

Ciudadanos de Babia

1.9.08

Hábitos de escritura

"Escribo de mañana. Es cuando me dan ganas de escribir. Y normalmente eso va de las 8 hasta el mediodía o la tarde. Es cuando me siento mejor. Me levanto temprano y no hay ninguna preocupación en mi cabeza. Ese horario es un tiempo en el que realmente no tengo nada que hacer. Luego del desayuno, puedo sentarme y escribir tranquilo. Eso ocurre en cualquier día normal, cuando nada lo interrumpe. Pero el mundo no se detiene por mí, ni por ningún escritor. Y si tengo un proyecto en mente, ése es el momento para hacerlo."

Así dice escribir Stephen King. Estos son los hábitos de uno de los escritores más prolíficos (y millonarios) de nuestro tiempo.

Pero hay otras rutinas posibles. Al parecer, Agatha Christie tomaba como escritorio un lugar muy particular de la casa: componía sus policiales metida en su bañera. Gran parte de las andanzas de Miss Marple y de Hercules Poirot fueron ideadas allí, mientras se daba un baño de inmersión y devoraba una a una media docena de manzanas verdes.

Ya se sabe: cada cual con su modo. Algunos precisan la calma absoluta, el recogimiento, evadirse de la sociedad; otros, la vorágine de la calle y la noche, los ruidos, la vida a gritos.

Por Internet circula un texto que, retomando los hallazgos biográficos del historiador Robert Hendrickson, asegura que Stendhal confesó una vez que mientras escribía La cartuja de Parma leía diariamente "dos o tres páginas del Código Civil (!) para dar con el tono correcto".

Y que dice que Ernest Hemingway, Lewis Carroll y Virginia Woolf escribían de pie.

Y que Samuel Beckett sólo conseguía inspirarse en una habitación totalmente blanca. Mientras que Truman Capote necesitaba del color amarillo en su papel (eso sí: no toleraba que hubiera flores amarillas en el cuarto).

Pero el ejercicio de precalentamiento más notable es, sin duda, el de Henrik Ibsen, que se inspiraba en un retrato de August Strindberg que colgaba sobre su escritorio. "Es mi enemigo mortal y lo miro mientras escribo", justificaba.

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