Te lloro porque no estás,
porque te has ído.
Te lloro porque me recuerdas
quién he sido contígo.
Por aquello que te has quedado en tu abrígo.
Te lloro día y noche,porque te has ído.
Te lloro porque me recuerdas
quién he sido contígo.
Por aquello que te has quedado en tu abrígo.
te lloro.
Esperando la azucena de tus labios.
El faro de tus ojos y el puerto de tus piernas.
Te lloro porque no volverás hasta el otoño.
Y esperando el caer de la hojas,
me lloro en un rincón de mi memória
que es dónde te llevo conmígo.
Jaime López
No hay comentarios:
Publicar un comentario