Todos los que me conocen saben que por mi cumpleaños prefiero libros a casi cualquier otro regalo.
Alguien que me conoce muy bien me regaló este libro, traducido del alemán por Judith Vilar (pienso que en esta historia singular es muy importante la traducción), e ilustrado por Jutta Banner.
Así que miré la bonita edición de ¡Que viene el perro! y sonreí y a la vez quedé perpleja. ¿No era un poco juvenil?
A mí me encantan, sin embargo los perros, los animales.
Y cuando empecé a leerlo, lo comprendí. Mi amigo me conoció al escogerme este libro mejor que yo a mí misma y además estuvo libre de prejuicios.
En un mundo donde los animales y las personas ocupan lugares iguales y hablan el mismo idioma un perro nos enseña de forma divertida cómo salir de apuros y cómo no está bien meterse en líos.
Pero lo fundamental es que este perro listo, sensible e imaginativo y muy divertido es que hace amigos allá donde va porque emprende su viaje, y así comienza todo, para ver mundo, y también ver mundo es ser útil a los demás y ayudarles.
Tierno, evocador, de ningún modo triste ni melancólico, las aventuras del Perro nos enseñan a todos sin excepción, y yo le estoy agradecida por su fiel compañerismo.
Este viaje por el ancho mundo y por las duras vidas de las personas ha sido todo un aprendizaje para respirar un poco y empezar de nuevo con un optimismo renovado.
El amor por los animales, la tolerancia para convivir todos sin distinciones en este mundo, la confianza y la amistad nacida entre ellos es la mejor lectura, la reflexión más acertada, el sueño más dulce, lo que debería ser, y la autora lo escribe con tan pasmosa naturalidad que los amantes de los animales nos sentimos comprendidos cuando les hablamos al perro del vecino o a una tórtola que se posa en nuestra terraza determinados días.
Un libro genial. Así de sencillo.
Debería leerlo todo el mundo este libro. Especialmente quienes creen que no deberían. Se sorprenderán.
Gracias, Sr. Perro.
Gracias, Jaime, por este regalo tan bien escogido.
Christine Nöstlinger ha sido autora de libros que han marcado mi infancia de un modo muy positivo. Autora de Konrad, o el niño que salió de una lata de conservas, siempre ha tenido el ingenio de captar la atención de los niños y adultos, compruebo ahora, con tramas verdaderamente ingeniosas en las que sin moralizarnos nos sorprende y nos prepara para el amor más inesperado en cualquier caso en que éste se presente. Querida Susi, querido Paul, tuvo mucho éxito en el colegio donde estudié. Recuerdo además que pertenecía a la colección Barco de Vapor color Azul, y nosotras ya íbamos por una edad superior, (a partir de nueve años, Naranja), sin embargo, todas quisimos leer ese libro epistolar entre dos niños porque nos pareció muy romántico, en cuarto grado, pues entonces el sistema educativo era el de Educación General Básica.
Gracias, Susana, por llenar mi infancia con tus maravillosas historias.
Carolina Torrecilla García. Málaga, a 29 de septiembre de 2009
Tierno, evocador, de ningún modo triste ni melancólico, las aventuras del Perro nos enseñan a todos sin excepción, y yo le estoy agradecida por su fiel compañerismo.
Este viaje por el ancho mundo y por las duras vidas de las personas ha sido todo un aprendizaje para respirar un poco y empezar de nuevo con un optimismo renovado.
El amor por los animales, la tolerancia para convivir todos sin distinciones en este mundo, la confianza y la amistad nacida entre ellos es la mejor lectura, la reflexión más acertada, el sueño más dulce, lo que debería ser, y la autora lo escribe con tan pasmosa naturalidad que los amantes de los animales nos sentimos comprendidos cuando les hablamos al perro del vecino o a una tórtola que se posa en nuestra terraza determinados días.
Un libro genial. Así de sencillo.
Debería leerlo todo el mundo este libro. Especialmente quienes creen que no deberían. Se sorprenderán.
Gracias, Sr. Perro.
Gracias, Jaime, por este regalo tan bien escogido.
Christine Nöstlinger ha sido autora de libros que han marcado mi infancia de un modo muy positivo. Autora de Konrad, o el niño que salió de una lata de conservas, siempre ha tenido el ingenio de captar la atención de los niños y adultos, compruebo ahora, con tramas verdaderamente ingeniosas en las que sin moralizarnos nos sorprende y nos prepara para el amor más inesperado en cualquier caso en que éste se presente. Querida Susi, querido Paul, tuvo mucho éxito en el colegio donde estudié. Recuerdo además que pertenecía a la colección Barco de Vapor color Azul, y nosotras ya íbamos por una edad superior, (a partir de nueve años, Naranja), sin embargo, todas quisimos leer ese libro epistolar entre dos niños porque nos pareció muy romántico, en cuarto grado, pues entonces el sistema educativo era el de Educación General Básica.
Gracias, Susana, por llenar mi infancia con tus maravillosas historias.
Carolina Torrecilla García. Málaga, a 29 de septiembre de 2009
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