FLASH DE NOVEDADES:

Citas de Heinrich Heine: "Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía" █ "Los sabios emiten ideas nuevas; los necios las expanden". █ "La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca". █ "Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres". █ "Un amigo me preguntaba porqué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión."

Ciudadanos de Babia

12.7.09

LA LEYENDA DE SYLVIA PLATH, por Juan Bonilla

Los poetas mienten o exageran a menudo, en defensa propia casi siempre. Luego uno compara lo que dicen unos versos con lo que cuenta una biografía, y ahí está la falla nítida y la pregunta ingenua: ¿cómo pudo escribir esto? Sylvia Plath escribió en su preciosa y enérgica canción del solipsista que podía hacer desaparecer, como un mago espectacular, una casa o un amante. La forma de hacer desaparecer casas y amantes de la solipsista de Sylvia Plath consistía en alejarse de ellos. Pero era mentira. Porque la solipsista que había detrás de esos versos estaba formulando más un deseo que una capacidad. No podía. El truco verdadero era más terrible, y su forma de hacer desaparecer casa y amante consistía en borrarse de ella.

Ahora el cine y las novedades editoriales, como informaba el domingo Emma Rodríguez, la traen de nuevo a la actualidad. Sylvia Plath tendrá el rostro de Gwyneth Paltrow como Oscar Wilde tiene para un montón de gente el rostro de Stephen Fry. Nos contarán la historia de amor y desesperación de Sylvia Plath y Ted Hughes, y tal vez eso acerque una mano a los poemas de ambos. Decía Octavio Paz, hablando de Pessoa, que los poetas no tienen biografía. Pero los poetas no sólo no tienen biografía, sobre todo en un tiempo donde importa tanto escarbar en las intimidades, sino que éstas suelen ser sus más peligrosas enemigas.



La de Plath es espectacular y por eso mismo ha aplastado en ocasión su obra despeinada, oscura, también risueña, a veces, con esa risa tremenda de las cosas que dan miedo. En cualquier caso, la que sí fue aplastada durante mucho tiempo fue la obra de Ted Hughes, una de las más personales que se escribieron en el siglo XX. Ya debe ser doloroso que la biografía de uno sea más fuerte que su obra, así que el hecho de que sea la biografía de otro la que aplaste una obra entra ya en lo delirante. Se acusó a Hughes de haber literalmente asesinado a Plath: de repente, algo que resulta tan amargo y cotidiano como abandonar a la esposa y enamorarse de otra persona entraba en campo de los delitos que merecen condena.



En los años finales de su vida, Ted Hughes escribió uno de los grandes monumentos poéticos del siglo XX: Carta de cumpleaños, traducido en España por Luis Antonio de Villena. Es un libro que no se puede leer sin un nudo en la garganta. Va componiéndose ahí la geografía de un alma enferma y de un amor que vale, no era más fuerte que el sol y que las demás estrellas, pero alimentó al poeta con tanta energía como para inmolarse con ese libro. Lo más importante de Carta de cumpleaños es que Hughes le devuelve a Sylvia Plath una biografía verdadera, no una cadena de anécdotas y fechas, sino un mapa de su intimidad. La intimidad de Plath había que buscarla en sus versos, pero los poetas mienten y exageran en defensa propia.



Hughes le devolvió a la misma Sylvia Plath, que, según tantos partidarios de ésta que enviaban anónimos llamando asesino al poeta, se empeñó en borrar de la faz de la tierra aquello que la leyenda le había robado. Ojalá que la película lleve a alguien a Árboles de invierno, a Ariel, a El Coloso -sus libros de poemas- y a Carta de cumpleaños, de Ted Hughes: sería una hermosa victoria de la intimidad de Sylvia Plath contra la identidad que los otros le construyeron.



Fuente: rescatado de un recorte de periódico de El Mundo, por Juan Bonilla, columnista en aquel tiempo en un apartado denominado Las Afueras. Transcrito literalmente. Ignoro la fecha pero debe andar por el año 2004.

No hay comentarios:

Vota este blog en Bitacoras.com ¡Gracias!

votar