El fenómeno no es extraño si se piensa que hay una generación de escritores españoles, la de los nacidos a partir del famoso 68, para la que la música pop es una referencia tan importante como la propia literatura. Es el caso del novelista Félix Romeo, que ayer participó en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en el encuentro El pop también se lee junto a escritores y músicos como Elena Medel, Eloy Fernández Porta, Ajo, Fernando Márquez o el propio Luque. "En mi formación literaria y sentimental", afirma el autor de Discotheque, "tan importante como los poemas de Rimbaud son las letras de Morrissey para The Smiths". Para Romeo, al que la muerte de Franco pilló saliendo del parvulario, el pop tiene mucho que ver con la democracia y la modernidad: "Es la ciudad, la libertad individual, el movimiento".

En el encuentro barcelonés, Romeo recitó la letra de una canción de, cómo no, Morrissey. También una de Sergio Algora (El Niño Gusano y La Costa Brava). Algora, fallecido en julio pasado, forma parte, además, de una larga lista de músicos españoles que -en la senda de Bob Dylan, Leonard Cohen o Nick Cave- además de discos han publicado novelas y libros de poemas que son algo más que meros divertimentos: de Javier Corcobado (El amor no está en el tiempo, Tropismos) a Sabino Méndez (Hotel tierra, Anagrama), pasando por Nacho Vegas (Política de hechos consumados, Palmart).
Cada vez es más frecuente, además, que los festivales literarios -Spoken Word. Palabra y música, en Sevilla, Mallorca y Gijón, Kosmópolis, en Barcelona, o el mismo Cosmopoética- mezclen a escritores y músicos

En 1989, Litoral, la mítica revista fundada por la generación del 27, publicó La poesía del rock, una antología de letras de canciones que ha servido de inspiración a la periodista Silvia Grijalba para preparar su propia antología de letristas españoles: Palabra de rock (Fundación José Manuel Lara). Después de seleccionar a músicos como Poch, Kiko Veneno, Mercedes Ferrer, Julián Hernández (Siniestro Total), amén de los citados Corcobado, Bunbury, Iniesta o Martínez, Grijalba sostiene que la letra de una canción es un género en sí mismo, y que no cabe la comparación con la poesía: "Para que una letra sea buena ha de encajar en una música concreta, con sus acentos y su medida. Pero algunas letras funcionan muy bien sin música". La antóloga, además, insiste en que "la educación literaria de muchos escritores actuales empieza por las letras de las canciones".
Para Jenaro Talens, poeta y director de La Huella Sonora, una colección de la e

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JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 19/09/2008
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