aunque desesperes.
Pues no hay dios que me lo niegue,
que en tus brazos hallaré yo mi último descanso.
Nieve, sol y carícias
son tu último legado,
pero el mar de fondo me susurra un preságio
y aunque desesperes, he de morir en tus labios.
Matiz malva con mi amigo,
de noche ron y cava angustiado.
En mitad de un concierto escuche tu voz,
pero no te hallabas en la habitación.
Aún no me he despedido de ti,
tal vez nos veamos en verano,
pues aún te sigo amando,
y aunque desesperes, he de morir en tus labios.
Jaime López©2007
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