Aferrado al metal que te sujetaba,
no quisiste abrir tu mano y comprobar
hasta donde llegaba la gravedad de tu
cuerpo.
Más poderoso que tu propia vida,
no dejaste de apretar con fuerza.
Contemplabas el abismo,
ese que ya conocías,
el abismo que te espera
paciente y quieto,
conocedor de todos tus miedos
y anhelos.
Tragador de todos tus males.
Madre, hijo y espíritu de tu mortal alma.
Lo contemplas con respeto, en silencio,
esperando clemencia.
Sabes que no la hay.
Qué ese abismo espera tu caída en un momento
u otro.
Tan solo es cuestión de tiempo.
Algún día caerás y tu grito morirá en su
negra garganta.
Convencido de ello, ahora solo falta
saber
cuando acabaran tus fuerzas por
abandonarte.
El abismo ya lo sabe.
Es cuestión de tiempo.
Jaime López
me he quedado impactada con este poema,simplemente genial.
ResponderEliminarGracias Mardilinda, eres un cielo.
ResponderEliminarJaime, qué fuerte. Efectivamente es impactante, pero casi da miedo.
ResponderEliminarCúidate.
Carol.
Gracias Nicole.
ResponderEliminarSon esos arrebatos poéticos que a veces tengo y suelen decantarse al color negro-verso.
Saludos.