23.1.09

Tarde

La tarde parece, blanca y verde,
como un relámpago detenido que fuese
el día; como la desnudez estable de
lo que a veces se desnuda un momento;
el grito, (detenido) parado en su agudez,
de eso que siempre me está medio
llamando.
Su sobreluz está ante mí como
mía. Parece el mar agudo y eterno
donde el sobresueño de mi corazón
(sobresaltado) exaltado puede abrir sus alas
últimas y pasarse, en un esfuerzo
sin repliegue, de su fín.

Juan Ramón Jiménez
(Paisajes líricos. Paisajes ideales)

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